Cuadragésimo cuarto paseo: Venas de nieve de Eugenio Fuentes; Barcelona: Tusquets, 2005 Siempre celebro el Día del Libro, el maravilloso 23 de Abril, con una rosa roja en la mano y leyendo a Cervantes, El Quijote, por supuesto, pero tenía esta vez un libro empezado, estaba leyendo Venas de nieve , y no podía dejarlo, así pues, y ruego que me perdone Cervantes, hice una excepción, seguí leyendo a Eugenio Fuentes y lo pasé muy bien. Eugenio Fuentes es un escritor con notables dotes para la novela de intriga (pensemos en anteriores novelas suyas, excelentes, por cierto, como El interior del bosque, La sangre de los ángeles, o Las manos del pianista ) lo que le hace merecedor de un papel destacado en este género de literatura, pero es que, además, el extremeño Eugenio Fuentes sabe contar, goza de una gran habilidad narrativa y es capaz de llevarnos hasta el infinito siguiendo las pistas más dispares. Todo ello aderezado con un lenguaje rico en matices, adornado con singulares figuras literarias nada complicadas que hacen que su prosa sea muy agradable de leer. Paseamos ahora por Venas de nieve, y encontramos un novela contada en primera persona en tres partes ( 1“Sangre roja, sangre blanca”; 2 “Nortesur”; 3 ”El vientre del pelícano”) por el personaje principal, Andrea, policía asignada a la unidad de violencia doméstica en una comisaría madrileña, que se ha especializado en representar el papel de víctima en las reconstrucciones de asesinatos ante jueces y abogados. Andrea está separada de Nico, aunque ambos mantienen cordiales relaciones, y vive con su hijo y su padre. Su hijo está enfermo de Leucemia y está esperando un trasplante de médula compatible. La situación se hará angustiosa a partir del momento en que unos análisis desvelan que Nico no es el padre biológico de Lucas. La situación a partir de entonces se convertirá en hostil entre Andrea y Nico. Andrea piensa en Luis, alguien que conoció años atrás en un curso de policía y con el que mantuvo una relación sentimental. No sabe de su paradero, nunca más volvió a saber de él, pero ahora tendrá que encontrarlo porque al ser el padre tiene muchas posibilidades de salvar la vida de Lucas. Andrea lo intentará todo. De manera casi detectivesca irá atando cabos, preguntando acá y allá hasta dar con personas que conocieron a Luis. Estas le darán pistas que harán que Andrea tenga que desplazarse a distintos lugares por los que Luis pasó, incluso lejanos algunos, hasta Alemania. Así conocerá lo que hizo Luis tras su ausencia, sabrá de sus inquietudes, gustos, trabajos, amigos,... sobre parte de esa vida personal que guardaba ese ser tan enigmático y reservado, raro, como es Luis. Este recorrido tan exhaustivo intrigará al lector, que va a descubrir, al tiempo que lo hace Andrea, curiosas perspectivas de un mismo personaje, ya que los conocidos que hablan de Luis presentarán facetas distintas del mismo, a simple vista sumamente contradictorias y desconcertantes (Visión de Andrea, Mimí, Lepanto...) Aparecerán ante nuestros ojos pinceladas perfectamente descritas de los paisajes, las costumbres, personas de los diferentes lugares. Los datos irán sumándose unos a otros como piezas pequeñas e irán reconstruyendo, como si se tratase de un rompecabezas difícil de componer, la vida de Luis, su carácter, sobre todo su complejidad, para acabar, al final de la novela sumándose a esa visión la del propio Luis, la noción que tiene de sí mismo y de su vida, sus nuevos cambios y proyectos. En la novela todo queda bien resuelto, todo queda perfectamente reseñado, ningún detalle se le escapa a esa voz narrativa que nos lleva de la mano en su búsqueda. Hay una progresiva sucesión de la historia y un final no previsto que no voy a desvelar para no estropear su arma más preciada: la sutil intriga. Me ha gustado mucho la novela. Creo que está muy bien conseguida la psicología de los personajes y que la trama está llevada con magistral maestría. Sólo queda mi humilde recomendación. Que ustedes lo pasen bien si se deciden a leer la novela. |
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