Paseo 58: Hollando la arena de “El búcaro”; en su blog: http://elbucaro.blogia.com/2006/120201-hollando-la-arena.php#comentarios


[...]”Acompañado por el sonido de mis pasos me llegué al paseo marítimo y anduve, a buen paso, a todo lo largo dejándome emborrachar de aquel silencio, sólo quebrado por las olas que, llegando por turnos, tapaban pudorosamente la arena desnuda”[...]


[...]”Mis pies hollaban la arena creando un camino de no retorno a mis espaldas y los distintos grises y platas se mezclaban, juguetones, ante mis ojos”. [...]


[...]“La arena con ondas peinadas por el viento siguió abrazando la suela de mis zapatos”[...]




Me gustó esa mirada poética de hoy. Hace un rato caminé junto a ti descubriendo esas imágenes tan bellas que describes. Sentí el rumor del mar, incluso su olor, la suavidad de la arena, la caricia de la brisa. Reían las olas a lo lejos y nos contaban historias que escuchábamos embelesados y es que no hay nada como apreciar a través de los sentidos y poderlo contar con tanto acierto y sensibilidad. Sin duda eres un pintor que ha creado el cuadro de su vida, reproduces lo que ves cual fotógrafo poeta que ha inventado un nuevo arte y es que me gusta escucharte, disfrutar del calor de tus palabras bañadas por la brisa, mecidas por el suave rumor de las olas cantarinas que todavía se atreven a seducirnos con sus tonadas. Así eres tú y lo manifiestas cada día en este blog que has creado para disfrute de los que te seguimos. Me gusta acercarme hasta tu casa y entrar sin llamar porque, entre otras cosas, la puerta estará siempre abierta. A veces nos deleitas con historias que te ocurren en tus viajes, en la cotidianidad de tu trabajo, anécdotas que te suceden a lo largo del día o de la noche, en las calles, en la plaza, en tu casa, o en los recintos que frecuentas, en las películas que ves, en lo que has oído o en los libros que has leído. Te gusta jugar en tus relatos, intrigarnos con las tramas y sorprendernos con finales imprevistos, como en ese relato con el que ganaste un premio y que un día me enviaste por e-mail o en la sección “Ella y Él” que incluyes de vez en cuando en tu blog y que tan buenos ratos me hace pasar. Te gusta escribir y lo haces bien, y te deseo desde estos paseos mucha suerte. Que se cumplan tus proyectos literarios, que publiques un libro y nosotros lo leamos y que te sigamos en esa senda literaria que empezaste no hace mucho y en la que te auguro un próspero futuro porque lo mereces y porque soy de los que todavía creen que el esfuerzo y el tesón tendrán su recompensa. No desesperes. Ya has publicado, este blog es una buena muestra. Escribe cada día como hasta ahora y regálanos de nuevo, como en pequeñas gotas, esas palabras, y esos dibujos tan personales y estupendos que sin duda ilustran tus escritos, otra de tus pasiones.

Confieso que me daba cierto pudor decirte todo esto porque te considero un amigo, un amigo en este mundo extraño de Internet, un amigo al que no conozco mucho, lo sé, pero amigo al fin y al cabo, y parece que a los amigos uno no puede decirles ciertas cosas, uno no puede alabarles, ni siquiera literariamente, pero no importa, hoy he querido dedicarte este paseo literario. Es sincero y subjetivo a la vez, como todos los que hago. Sólo hablo de los libros, de la literatura que me gusta, que me llama la atención, y desde esta óptica tú siempre estarás incluido, lo sabes, en esa literatura, Búcaro, amigo.




Callen todos ahora. No hagan ningún ruido... Que no nos oiga “El búcaro”... Suenen sus palabras. Se abre paso su blog. Es la mirada de su alma en un paseo junto al mar. Lean ahora su post, les gustará, es pura poesía.