sábado, marzo 18, 2006

Cuadragésimo paseo: De nieblas interiores de Manuel Carrapiso Araújo; Mérida: De la luna libros, 1997


De nieblas interiores es un libro donde una mirada inteligente nos lleva por caminos cercanos a los conocidos aforismos, a sentencias breves y doctrinales que se proponen como regla en alguna ciencia o arte. Esa mirada nos hace entrar en un mundo donde la reflexión es necesaria, donde es imprescindible hacerse preguntas y cuando se encuentran las respuestas surgen de nuevo más preguntas que incluso cambian las respuestas. Se trata muchas veces de eternas preguntas filosóficas que no por conocidas son menos esperadas, otras veces meros planteamientos a cuestiones cercanas, vivenciales, cotidianas, buscando el golpe de efecto, el impacto, y como punto final siempre la reflexión.

"Que vivir es un irse muriendo es una bellísima metáfora poética, pero a los más prosaicos hay que advertirles que, además, es un incontestable principio bioquímico"

"Esta es la crasa refutación del narcisismo:todos somos insustituibles, pero ninguno hacemos falta"

"La única escritura verdaderamente necesaria es aquélla que da que pensar. La que lo da ya todo pensado es arrogante, nociva, fraudulenta y prescindible. "

"Cuando ya tenemos todas las respuestas cambian las preguntas. Eso nos salva del tedio y de los dogmas."

"Para quien escribe con sangre es desolador saber que la mayoría sólo entiende, si acaso, con palabras"


En ocasiones podemos apreciar una fina ironía al cambiar frases hechas o doctrinas aprendidas de consagrados filósofos. Tal es el caso, por ejemplo, de:


"Ironía socrática .
Saber que no se sabe puede pasar por docta ignorancia, por necia complacencia o por impertinente negligencia. Ojo, por tanto, a quien se nos presente con esa credencial"


Es frecuente que el autor inserte algún cuento o anécdota que participa, en cierta medida, con su brevedad, su peculiar disposición y su contenido, de la misma línea reflexiva que el resto de la obra, pero que cumple una función de ejemplo, de experiencia de vida. Refleja los aspectos cotidianos, insertos dentro de la vida de su autor. A veces pertenecen a las propias noticias de los periódicos, otras son parte de la creación narrativa del autor ( "El viaje", "Cuento según el cánon clásico", "El yacente, "El bosque", "Crónica de sucesos", "La graduación"...)
Y en esta misma línea destacaremos la inserción con carácter especial de unos textos donde el autor se dirige a su hija Paula. La niña cobra una importancia trascendental, con sus peculiares travesuras y circunstancias, en la vida del autor y dentro del contexto del libro. No resulta nada desdeñable en nuestro análisis el hecho de que estos textos aparezcan destacados en color verde, símbolo por tradición de la esperanza. Los textos vienen a ser el hilo conductor, el día a día del autor, lo que le mantiene fuera de la intelectualidad, por llamarlo de algún modo, y le hace tomar tierra firme, fuera de divagaciones y teorías filosóficas. Están titulados como los doce meses del año y el nombre de la niña. " Paula de enero", Paula de febrero"... Y es que la niña consigue alejar a su padre de esas nieblas, de esas reflexiones filosóficas, de ese quehacer creativo. Son los "únicos claros en estas nieblas" del autor, como ya se nos advertía, por otra parte, en la dedicatoria.al principio del libro. El autor tiene una actitud de protección hacia la niña, quiere prolongar su irreflexión, su falta de lucidez. Y es que quiere conservar su inocencia y su candor, pero ahí está "Paula de diciembre" cerrando el libro, con un tono íntimo, sincero, lúcido, y, si cabe, hasta sentencioso.

"Paula de diciembre"
Me valgo de piadosas mentiras para no revelarte secretos que te robarían el futuro. El candor es la única protección que tienes contra la lucidez prematura. Ampárate en él mientras puedas.

Quien se atreviere a profanar tu inocencia de niña cometerá un delito de lesa humanidad"


Nos encontramos con un libro distinto. Un libro muy original. Un libro que parece ser una amalgama de aspectos de distintas disciplinas, como la vida misma. Un libro de carácter fragmentario que facilita o dificulta la lectura (podemos leer a ratos, o perfectamente podríamos alterar el orden sin producir demasiados trastornos, salvo la ruptura lógica del tono de diario, pero también esa misma disposición hace que tengamos que buscar más la concentración). Un libro que debería ser más conocido y tenido en cuenta porque revela y denota una gran capacidad por parte de su autor para hacernos entrar en un mundo reflexivo y pensante.

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10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Por lo que dices esa es la impresión que da, un libro muy original. Además si encima ayuda a pensar un poco, debe ser interesante. Saludos.

domingo, 19 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

...No creo que exista ese tipo de escritura que te lo da todo hecho, porque los lectores son múltiples y variados, tanto o más que las interpretaciones. Además, nadie está libre de gustar o de la crítica, con mayor o menor fundamento. Tomo nota de este interesante autor...
SALUDANDO: LeeTamargo.-

domingo, 19 marzo, 2006  
Blogger Meritxell2000 said...

Yo también anoto este título, porque seguro que con esta presentación que haces tan atractiva me gustará.
Un abrazo, Gatito.

domingo, 19 marzo, 2006  
Blogger princesadehojalata said...

Definitivamente, voy a leerlo.
Un beso.

lunes, 20 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Gracias, me lo apunto: te estás convirtiendo en mi faro para no cometer errores a la hora de encargar libros:
No deberías morirte nunca.
Un abrazo fuerte

miércoles, 22 marzo, 2006  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Eso es lo que me atrea: lo que me hace pensar.

Me interesa ese libro que reseñas Gatito.

Eres una gema.

Abracito.

jueves, 23 marzo, 2006  
Blogger francisco aranguren said...

Libros que hacen pensar, libros que hacen sentir: "Pensar el sentimiento y sentir el pensamiento", proponía Unamuno. Creo en esto: me gusta un autor que piense, no un autor que pontifique o dogmatice. Pero tiene que haber siempre un nervio de pensamiento (no digo de tesis). El ejemplo, para mí, es Kundera, que piensa la vida. El aforismo me gusta, pero muchas veces tiene trampa, es demasiado "redondo". No es necesario.

sábado, 25 marzo, 2006  
Blogger Gatito viejo said...

Gracias a todos por vuestra compañía y vuestros comentarios.

A los incondicionales elbucaro y Meritxell, leetamargo, siempre dispuestos a leer lo que propongo, lo que denota mucha confianza en mí, lo cual agradezco.
A Javazquez por la aportación de un escritor de aforismos que no conocía, Lichtenberg, y que leeré con sumo interés.
A francisco aranguren por esa cita tan maravillosa de Unamuno "Pensar el sentimiento y sentir el pensamiento".
Y gracias especialmente a Gatopardo por íncluso desearme vida eterna, pero no está en mi nano, me moriré como todos, pero se agradece, amiga.
A mi querida Vir&, siempre tan amable conmigo y tan exagerada...gracias.

Ahora os regalo la cita que aparece al final del "De tinieblas interiores" del extremeño Manuel Carrapiso Araújo, profesor de filosofía y un gran escritor que cuenta con mi absoluta admiración y del que pienso seguir leyendo todo lo que pueda. Que la disfrutéis.

"Envío final
A quienes andan detrás de este libro, mi agradecimiento. A quienes están dentro de él, mi respeto. A quiens van muy por delante, mi admiración.

A los lectores,
generosos o crueles:
Me despojé aquí de cuanto tenía.
Si os diera más
sería una impostura,
si hubiera dado menos
sería una estafa,
si di lo convenido
pongo punto y final
y escucho acto seguido"
(Manuel Carrapiso Araújo)



Un abrazo fuerte para todos

sábado, 25 marzo, 2006  
Blogger Gatito viejo said...

Ah y a princesadehojalata, que me olvidé involuntariamente de ella, por su compañía y su confianza. Un abrazo

sábado, 25 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Tengo la suerte de poder decir que fue mi profesor de Filosofía, pero lo que más sorprende de Manolo es su extraordinaria sencillez.
Este libro es uno de los mejores que he leído. Es una pena no conocer más de la persona de Manolo Carrapiso, porque alguien puede pensar que es un pedante o un sabiondo al leer alguna de sus reflexiones. Nada más lejos de la realidad, es un genio de apariencia despistada, campechano y muy cachondo. Puedo dar fe ¡je,je!
J.P.F. (Un mediocre ex-alumno)

jueves, 31 diciembre, 2009  

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