domingo, abril 22, 2007







Paseo 65: Día del libro







23 de Abril de 2007.
Me visto de gala: voy a celebrar “
El día del Libro
, ¡Marramiau! Con cara de Shakespeare, espíritu de Cervantes y hasta del Inca Garcilaso, salgo a la calle dispuesto a disfrutar de este día de celebraciones varias: charlas, exposiciones, concursos literarios, lecturas públicas, firma de libros por sus autores...Paseo por las calles abarrotadas de gente con flores y libros por doquier: rosas, claveles, margaritas, azucenas, amapolas... Hoy, Júpiter, de Luis Landero; El corazón helado de Almudena Grandes; Cien años de soledad de García Márquez; La misma luna de Benítez Reyes; Viajes por el Scriptorium de Paul Auster; Poemas de Luis García Montero; Los libros arden mal de Manuel Rivas; La cosa en sí de Andrés Trapiello; La muerte pegada a las uñas de Enrique Murillo; Esta luz. Poesía reunida de A. Gamoneda; Paradoja del interventor de Gonzalo Hidalgo Bayal; La verdad de las mentiras de Vargas Llosa; La fortuna de Matilda Turpin de Álvaro Pombo; La magia de leer de José A. Marina; Ni Dios mismo de Pilar Galán; Ligero de equipaje de Ian Gibson; La caja vacía de José Manuel Díez; Las pequeñas memorias de José Saramago; Escribir es vivir de José Luis Sampedro; Lunas de agosto de Justo Vila; Ninguna necesidad de Julián Rodríguez; La caza salvaje de Jon Juaristi; Canciones del que no canta de Mario Benedetti; Arco del paraíso de José Luis García Martín...
¡Por favor, pronto, mi diez por ciento!... Me dan una rosa y me hacen el diez por ciento de la tanda de libros que me llevo. Me entregan también unos marcapáginas: Cervantes, Shakespeare, el Inca Garcilaso... Enseguida el frenesí: aquí autores y su firma, allá unos carteles con las últimas novedades, detrás las colas, las firmas, los autores... No sé dónde acudir...Me encamino casi abatido con los libros bajo el brazo, o bajo la pata, vaya usted a saber, que con esto de los heterónimos uno no sabe ya ni qué escribe...¡Marramiau!... Me siento en un banco a descansar. Ojeo y también hojeo los benditos libros. Enseguida me olvido del barullo, de los anuncios, de la música, del olor a flores, de las firmas, de las colas...sólo leo. El espíritu de D. Quijote vuelve a surgir:
“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho que vivía un hidalgo [...] Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso( que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballería en que leer y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos [...]“

¡Leer!...
Como Gatito viejo comienzo de nuevo a pasear. Ya nada más tengo que contar, nada que visitar, nada que escuchar... He quedado de nuevo atrapado por la magia de las palabras, por las historias que se doblegan, por las vidas que comienzan a cobrar forma: personajes, narradores, voces, ambientes, épocas, diálogos, descripciones, argumentos...
¡Leer!..

Toda una vida leyendo, mire usted, toda una vida descubriendo, toda una vida disfrutando...Tanto por leer para tan poco tiempo... aunque pensándolo bien como gato que soy tendré siete vidas, igual todavía me quedan algunas por agotar...

¡Leer!...

23 de Abril, Día del libro, día de la lectura, día de los lectores...¡Amigos, celebrémoslo por todo lo alto: celebrémoslo leyendo!

¡Feliz día del libro a todos! ¡Marramiau!

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viernes, abril 13, 2007

Paseo 64: Los muertos no van al cine de Juan López-Carrillo; Barcelona: Candaya, 2006



Humor. Ironía. Sensibilidad. Amor. Desamor. Sexo. Tristeza. Desesperanza. Intensos deseos de comunicar... Son algunos ingredientes que descubrimos en este poemario que nos habla insistentemente de la vida cotidiana, de las llamadas por teléfono, de los quehaceres y trabajos de la vida, de sentimientos y desesperanzas, de sueños e ilusiones, de triunfos y fracasos, de encuentros y desencuentros y donde la poesía aparece en el día a día, tras cada línea, en cada latir, como un pulso a la vida, al vacío, a la muerte... Y es que no se toma demasiado en serio, como si todo fuera un juego al que todos jugáramos. El poema aquí huye de toda forma, de todo artificio, para encontrarse libre, transcribiendo el instante, el yo y sus momentos, el paso de los años y sus variantes: Sufrir. Sentir. Pensar. Amar. Gozar. Vivir. Cambiar. Morir...


ALIVIO

A los dieciocho años/ pensaba que mis versos/ podrían cambiar el mundo/ y predispuse la voluntad y su intención/ para escribir infinidad de ellos. / La influencia de un maestro y un amigo/ y el necesario desamor/ venido justo a tiempo/ lanzaron para adelante/ el sublime quehacer diario de una obra/ que la humanidad, ansiosa, / estaba esperando. /Pero la pereza, / el no ser consecuente/ con aquel destino glorioso/ fue la única medida de los días/ en todos los torpes años que siguieron: / un continuo hablar/ de los poemas que iba a escribir/ sin escribir apenas/ los obligados versos./ Doblada ya la edad/ sigo viéndome con aquellos dos amigos, /padezco igual que siempre de desamores, / procuro escribir más o menos cada día/ y percibo con alivio/ que el mundo va cambiando/ sin tener en cuenta para nada/ las hechuras propias de mis versos. (Pág. 44)


AMOR LETAL

No me llames, /ya no me necesitas; /y si no me necesitas/ no existo/ y si no existo/ es que estoy muerto. / Y con los muertos/ no se habla/ ni se va al cine/ ni se acude a la presentación/ del último poemario ./ No me llames, / ya no me necesitas./ Olvídate de mí/ y deja a este muerto en paz. (Pág. 41)


A LA PAR

Salgo a la calle con zapatos distintos. /Percibo la armonía entre el cuerpo y la mente (Pág. 66)

NEGACIÓN

Si me llamas/ te colgaré el teléfono, / si tocas el timbre de mi puerta/ no te dejaré pasar, / si vienes por la misma acera/ cruzaré la calle, / si estás parada frente a mí, / estás parada frente a un muerto. (Pág. 67)

ELECCIÓN

Un día el mundo/ se estrechó a mi paso/ y decidí no adelgazar. (Pág. 68)


CELEBRACIÓN EN VIGILIA DE SAN JUAN

A veces/ es necesario escribir/ un poema como éste/ para no tener que suicidarse. /

Porque sí, / porque a veces, / demasiadas veces, / como si fuera un poeta romántico/ que está amargado de vivir, / deseo con la mayor fuerza/ de la escasa fuerza que me queda/ tener el valor o la cobardía, / qué más me da, / de descerrajarme un tiro preciso./

Un tiro en la cabeza,/ bien dado, con mucho tino. /Un tiro que no me permita/ tener que volver a repetirlo. / Un tiro con una escopeta/ de cañones recortados/ que no tenga en cuenta/ mi posible mala puntería. / Y así, truculento y definitivo, / de forma teatral y escenificada, / quedaría repartido por la habitación/ lo que soy y represento ahora mismo. [...] (Pág. 73, 74)


RETABLO DE LUZ Y SOMBRA

Acierto
El poema/ “Palabras para Julia”/ resuelve la petición de ayuda y consejo/ que el dependiente de esta librería/ acaba de solicitarme. / “Palabras para Julia”/ tendrá que ahuyentar/ la tristeza y el desánimo/ del rostro de su amiga. / Mujer que sabrá con certeza/ que no se encuentra sola/ y que está en el mundo acompañada/ por alguien que la quiere, / por alguien cuyos ojos/ me dicen que esos versos/ serán algo más/ que el consuelo de un amigo.


Pasado

Hubo un tiempo en que me dije: /la poesía no vale para nada. /Pero en aquellos días/ estaba viviendo en la oscuridad/ y por nadie era recordado. (Pág. 103)

DR. JUAN & MR. HYDE

Pedro me dice:/ En ti habita el poeta y la bestia./ Tienes razón, amigo mío, / el poeta nos recitará hoy / un delicioso poema pornográfico... / pero también existe la bestia, / temible, obscena y perversa, / que va afirmando por ahí/ que el mundo está bien hecho.
(Pág. 109)



Los muertos no van al cine, un poemario curioso. Me gustó: escuchar la voz del autor recitando sus poemas en el CD que acompaña al libro. Pasear, por tanto, de manera visual y auditiva, en esta andadura espiritual de descubrimiento. También el prólogo de Eduardo Moga que supone un acertadísimo estudio de la obra. Una cita inicial de Ramón Oteo que me pareció muy significativa: “Toda pasión acaba con la muerte”. Y, sobre todo, un poemario estructurado en tres partes que desconocía y del que supe por un amigo que me hizo un día una pregunta que no supe responder. Sirva como quiera ahora esta respuesta: Juan López- Carrillo, un poeta importante que utiliza lo cotidiano para transmitirnos su dolor existencial.

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