sábado, junio 10, 2006

Cuadragésimo octavo paseo: La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón; Barcelona: Planeta, 2004



Perdonen, perdonen. No se puede usar el libro como excusa, lo sé, pero lo voy a hacer con su permiso. Me interesa este libro por una razón particular: me aporta ideas sobre posibles obras de creación, para lo que pudo ser y no fue en mi opinión. Y no es que vaya a decir que el libro no me gustó, que sí me gustó, pero también es cierto que esperaba más de él, que me desilusionó como lector el hecho de que a su autor no le interesara desarrollar más un aspecto que podría haber dado mucho juego en la novela. Pero, disculpen, qué cabeza tengo, a todo esto no les he hablado de qué trata la novela, un olvido imperdonable por mi parte. Según podemos leer en el reverso del libro y que reproduzco textualmente a continuación, aunque seguro que ya lo conocen, porque es un libro que ha sido un auténtivo best sellers, " Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambia el rumbo de su vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. La sombra del viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, desde los últimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra. "

Y es precisamente en ese lugar oculto,El Cementerio de los Libros Olvidados, donde creo que podría encontrarse un aspecto no suficientemente desarrollado en la novela. No pretendo despreciar la opción de Ruiz Zafón, le ha salido una novela que ha tenido una gran aceptación, que se lee bien y que es entretenida, y que sin dudarlo podría decir que me ha gustado, pero de la que esperaba más, porque al principio promete mucho y esas pretensiones de encontrar algo especial que uno tiene como lector se van perdiendo por el camino, a mí al menos me ha pasado. Creo que la clave está en desarrollar más ese aspecto que Ruiz Zafón sólo apuntó. Y es que al final leer es eso, es pensar también cómo uno habría resuelto un aspecto que le atrae de un libro, es que te gusten cosas y otras no tanto, que te identifiques o no con una obra, que te sugieran posibles creaciones o no te digan nada. Leer es dejar que una obra entre a formar parte de uno y se mueva algo en su interior, así sea la crítica, la aceptación o el rechazo.

Etiquetas: