viernes, marzo 31, 2006

Cuadragésimo segundo paseo: " La memoria de Shakespeare" de Jorge Luis Borges; En: Obras completas.(Tomo I) ; Barcelona :RBA, 2005


Borges es una de las figuras más relevantes de la literatura universal. Su obra es de una gran exigencia para con el lector y muchas veces de no fácil comprensión, sin embargo, aporta un mundo fantástico, metafísico y subjetivo, muy personal, el propio universo de Borges. A Borges le preocupa el destino del hombre, alrededor del cual giran todos los temas que le obsesionan. Aparecen símbolos frecuentes en su obra como el laberinto, la biblioteca, los libros, que contienen los pensamientos de la humanidad, de la vida y del propio autor. En la mayoría de los cuentos de Borges aparece un hombre que quiere saber quién es, por qué está en el mundo y hacia dónde va. Con frecuencia aparecen enmascarados y representados los propios miedos del autor en lo fantástico, lo irreal, el mundo de los sueños, la angustia. El hombre trata de entender el mundo, el laberinto de las ideas. Podrá salir de él a través de la lucha por vencer esos obstáculos que le oprimen. El laberinto es la dificultad del hombre por llegar a la verdad. El fin del laberinto será utilizar su inteligencia, hacernos pensar.
La cábala, de tradición judía, ejerce un gran interés para Borges. Lo mágico, los mitos, lo religioso son temas recurrentes en sus narraciones. En el universo de Borges no puede haber orden ni armonía porque hay un Dios hostil e infantil, imperfecto. La búsqueda de ese orden del universo conduce al mundo imaginario y fantástico. A veces ese universo es el sueño de alguien.
De igual manera, el tiempo le interesa a Borges como experiencia humana, no como algo cronológico. Le atrae el tiempo circular, cíclico. Le gusta mucho la metáfora del río de Heráclito, nada se queda, así son nuestras vidas. A veces ese tiempo aparece muy relacionado con el infinito.

"La memoria de Shakespeare" comprende tres cuentos aparecidos en distintas publicaciones anteriores a 1983, y un cuento titulado de igual modo, "La memoria de Shakespeare" (1980), no incluido hasta ahora en libro.
En el primer cuento, "Veinticinco de agosto, 1983" ,el protagonista es el propio Borges con sesenta años aproximadamente y su proyección en un sueño con ochenta y cuatro. Encontramos el tema del sueño, del doble, de los espejos, muy del gusto del autor.


" Mis buenas intenciones no habían pasado de las primera páginas; en los otros estaban los laberintos, los cuchillos, el hombre que se cree una imagen, el reflejo que se cree verdadero, el tigre de las noches ..."(pg 377)


En "Tigres azules" el protagonista es Alexander Craigie. Todo es confuso en el relato, a modo de juego con el lector. Aparecen piedras y discos que se multiplican. Los elementos cobran un carácter mágico, lo normal se convierte en extraordinario y las leyes de la lógica y las matemáticas se rompen incluyendo un final sorprendente.

"Hay matemáticos que afirman que tres y uno es una tautología de cuatro, una manera diferente de decir cuatro... A mí, Alexander Craigie, me había tocado en suerte descubrir, entre todos los hombres de la tierra, los únicos objetos que contradicen esa ley esencial de la mente humana."

"La Rosa de Paracelso" aborda el tema de las creencias. La fe frente a la credulidad, el embaucador frente al hombre con poderes. Los elementos escogidos son la Cábala, el Paraíso, la Palabra, la Piedra, la Rosa, el Verbo..., todos conceptos aplicados a este aspecto y utilizados en mayúsculas para destacarlos.

" Es fama-dijo- que puedes quemar una rosa y hacerla resurgir de la ceniza por obra de tu arte. Déjame ser testigo de ese prodigio. Eso te pido, y te daré después mi vida entera."
(discípulo)

"Eres un crédulo-dijo el maestro-. No he menester de la credulidad; exijo la fe."


En " La memoria de Shakespeare". El relato está protagonizado por Hermann Soergel, profesor emérito obsesionado con Shakespeare. Aparecen en el relato las propias obsesiones e inquietudes de Borges, la imaginación, la ficción...

" Comprendí que las tres facultades del alma humana, memoria, entendimiento y voluntad, no son una ficción escolástica. La memoria de Shakespeare no podía revelarme otra cosa que las circunstancias de Shakespeare. Es evidente que éstas no constituyen la singularidad del poeta; lo que importa es la obra que ejecutó con ese material deleznable. " [...]

Los cuentos de Borges están llenos de interés, con una estructura muy trabajada, a veces con frecuentes incursiones de elementos en un ir y venir de un tema a otro para despistar al lector, para hacerle participar, para sorprenderle. Borges quiere un lector atento, de ahí que le someta a pruebas y confunda al lector, ya que a veces el lector no sabe si el relato es fantástico o real porque los temas son personajes conocidos de libros, autores, lugares, acontecimientos culturales, etc. Los límites entre la realidad y la fantasía definitivamente se han roto.
Cerraremos este paseo confesándonos fieles lectores de la obra de Borges, precisamente, por ese carácter tan personal que derrocha inteligencia y que provoca nuestra admiración más ferviente.





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sábado, marzo 25, 2006


Cuadragésimo primero paseo: Los muertos de James Joyce; Madrid: Alianza, 1994

Me he sorprendido con el relato de Joyce. Me cansaba, lo confieso, la velada con las tías de Gabriel y el resto de invitados, el discurso que pronunció en la cena, las conversaciones insulsas, etc. Poco a poco me he dejado envolver por el relato de Joyce. De repente ha habido una transformación del personaje principal. Ha ido creciendo en complejidad psicológica. Vemos la evolución del personaje a través de un hecho concreto, cuando su mujer, Gretta, está escuchando una canción, "La joven de Aughrim", cantada por D´Arcy, uno de los invitados en la velada en casa de sus tías. Él está escondido y la observa en silencio. El punto de vista es de Gabriel. Su mujer aparece en la penumbra embellecida, sugerente, perfecta. A partir de este momento comienzan a surgir los problemas. Gabriel observa a Gretta y la ve transformada. Han salido de casa de sus tías de noche y en Gabriel comienza a surgir un deseo irrefrenable hacia su mujer. Quiere estar con ella a solas. No ve el momento de que esto se produzca . En el hotel, a partir del deseo no satisfecho, Gretta confiesa estar muy cansada, surge una revelación, un recuerdo de un amor adolescente en su mujer. Una muerte que es recordada por asociación de ideas a través de una canción, a través de unos ojos que la miraban con amor años atrás. Gabriel ha hablado con Gretta. Ella le ha contado todo, cómo hubo un muchacho que cantaba esa canción. Eran amigos. Él tenía unos ojos que la miraban con amor. Eran muy jóvenes, unos adolescentes. Ella se marchó a Dublín a un colegio y él murió por ella. No soportó su ausencia. Ella siempre se sintió culpable. Para Gabriel conocer esto ha sido el principio del fin. Se ha sentido enamorado de su mujer, pero inseguro. Ha pasado de ser el dueño de su destino, el orgulloso escritor de reseñas literarias cada miércoles en " The Daily Express", el sobrino solícito que trincha el ganso en la cena de sus tías, el conferenciante oportuno que sabe pronunciar discursos llenos de halagos a sus anfitrionas, a ser otro hombre derrotado por el recuerdo de un muerto. Se ha dado cuenta de que quiere a su mujer y de que por amarla tanto "su alma se había aproximado a esa región donde moran los huestes de los muertos" . Se había disipado su identidad. Y es que todo está visto según lo mira el personaje, de ahí el cambio tan significativo que se opera en la narración en la segunda parte.El final es extraño, permite la interpretación personal y subjetiva. Un final abierto. Podríamos decir que no hay un final claro.

Me gustó leer este relato que aparece incluído en Dublineses. Lo encuentro perfecto, muy en la línea de un escritor que es uno de los máximos exponentes de la renovación de la literatura del S. XX.




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sábado, marzo 18, 2006

Cuadragésimo paseo: De nieblas interiores de Manuel Carrapiso Araújo; Mérida: De la luna libros, 1997


De nieblas interiores es un libro donde una mirada inteligente nos lleva por caminos cercanos a los conocidos aforismos, a sentencias breves y doctrinales que se proponen como regla en alguna ciencia o arte. Esa mirada nos hace entrar en un mundo donde la reflexión es necesaria, donde es imprescindible hacerse preguntas y cuando se encuentran las respuestas surgen de nuevo más preguntas que incluso cambian las respuestas. Se trata muchas veces de eternas preguntas filosóficas que no por conocidas son menos esperadas, otras veces meros planteamientos a cuestiones cercanas, vivenciales, cotidianas, buscando el golpe de efecto, el impacto, y como punto final siempre la reflexión.

"Que vivir es un irse muriendo es una bellísima metáfora poética, pero a los más prosaicos hay que advertirles que, además, es un incontestable principio bioquímico"

"Esta es la crasa refutación del narcisismo:todos somos insustituibles, pero ninguno hacemos falta"

"La única escritura verdaderamente necesaria es aquélla que da que pensar. La que lo da ya todo pensado es arrogante, nociva, fraudulenta y prescindible. "

"Cuando ya tenemos todas las respuestas cambian las preguntas. Eso nos salva del tedio y de los dogmas."

"Para quien escribe con sangre es desolador saber que la mayoría sólo entiende, si acaso, con palabras"


En ocasiones podemos apreciar una fina ironía al cambiar frases hechas o doctrinas aprendidas de consagrados filósofos. Tal es el caso, por ejemplo, de:


"Ironía socrática .
Saber que no se sabe puede pasar por docta ignorancia, por necia complacencia o por impertinente negligencia. Ojo, por tanto, a quien se nos presente con esa credencial"


Es frecuente que el autor inserte algún cuento o anécdota que participa, en cierta medida, con su brevedad, su peculiar disposición y su contenido, de la misma línea reflexiva que el resto de la obra, pero que cumple una función de ejemplo, de experiencia de vida. Refleja los aspectos cotidianos, insertos dentro de la vida de su autor. A veces pertenecen a las propias noticias de los periódicos, otras son parte de la creación narrativa del autor ( "El viaje", "Cuento según el cánon clásico", "El yacente, "El bosque", "Crónica de sucesos", "La graduación"...)
Y en esta misma línea destacaremos la inserción con carácter especial de unos textos donde el autor se dirige a su hija Paula. La niña cobra una importancia trascendental, con sus peculiares travesuras y circunstancias, en la vida del autor y dentro del contexto del libro. No resulta nada desdeñable en nuestro análisis el hecho de que estos textos aparezcan destacados en color verde, símbolo por tradición de la esperanza. Los textos vienen a ser el hilo conductor, el día a día del autor, lo que le mantiene fuera de la intelectualidad, por llamarlo de algún modo, y le hace tomar tierra firme, fuera de divagaciones y teorías filosóficas. Están titulados como los doce meses del año y el nombre de la niña. " Paula de enero", Paula de febrero"... Y es que la niña consigue alejar a su padre de esas nieblas, de esas reflexiones filosóficas, de ese quehacer creativo. Son los "únicos claros en estas nieblas" del autor, como ya se nos advertía, por otra parte, en la dedicatoria.al principio del libro. El autor tiene una actitud de protección hacia la niña, quiere prolongar su irreflexión, su falta de lucidez. Y es que quiere conservar su inocencia y su candor, pero ahí está "Paula de diciembre" cerrando el libro, con un tono íntimo, sincero, lúcido, y, si cabe, hasta sentencioso.

"Paula de diciembre"
Me valgo de piadosas mentiras para no revelarte secretos que te robarían el futuro. El candor es la única protección que tienes contra la lucidez prematura. Ampárate en él mientras puedas.

Quien se atreviere a profanar tu inocencia de niña cometerá un delito de lesa humanidad"


Nos encontramos con un libro distinto. Un libro muy original. Un libro que parece ser una amalgama de aspectos de distintas disciplinas, como la vida misma. Un libro de carácter fragmentario que facilita o dificulta la lectura (podemos leer a ratos, o perfectamente podríamos alterar el orden sin producir demasiados trastornos, salvo la ruptura lógica del tono de diario, pero también esa misma disposición hace que tengamos que buscar más la concentración). Un libro que debería ser más conocido y tenido en cuenta porque revela y denota una gran capacidad por parte de su autor para hacernos entrar en un mundo reflexivo y pensante.

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sábado, marzo 11, 2006

Trigésimo noveno paseo ( II) : " Mujer con alcuza" de Dámaso Alonso ; en Hijos de la ira(1944 ) ;Madrid: Espasa calpe, 2003

Dámaso Alonso perteneció a la Generación del 27 ( o Grupo del 27, como se prefiera). En él confluyen varias vocaciones: profesor, investigador, crítico literario y poeta. De Dámaso nos interesa especialmente su etapa de poesía desarraigada, que arranca con la publicación en 1944 de Hijos de la ira . Esta obra es su grito de protesta contra las injusticias, el odio, la crueldad... Con esta obra Dámaso se convirtió en el poeta más representativo de la postguerra. La poesía desarraigada parte del conocimiento de que el mundo "es un caos y una angustia y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla", (Dámaso). Es una poesía existencial, el hombre está angustiado por el tiempo y la muerte. Es un ser insignificante cuya vida carece de sentido. Aparece el vacío de la vida. Necesita la creencia de un Dios, de algo a lo que aferrarse. Considera al hombre como un ser solitario que trata de refugiarse en su mundo interior ante las atrocidades que padece, pero tampoco encuentra consuelo allí , ya que dentro de cada uno aparece la ira, el miedo, la pena . " El hombre es un lobo para el hombre", que diría Locke.

Hijos de la ira es el renacer de una nueva poesía que deja atrás las influencias estéticas del 27 para centrarse en temas más humanos. En esta obra abandona cualquier atisbo de pretensión estética, trata de llegar al fondo más profundo de la persona, a veces con dramatismo, otras incluso con un cierto tono satírico de la realidad. Utiliza mucho la técnica del tremendismo: usar imágenes desgarradas y desagradables, brutales y alucinantes. Vemos también numerosas innovaciones formales, métricas ( todo el poema está compuesto en versículos ,cuyo ritmo obsesivo está basado en el paralelismo de ideas), nuevos temas, distinta actitud del poeta ante su obra. Dámaso confesó en alguna ocasión que no se encontraba cómodo con la poesía deshumanizada anterior que hacía, que necesitó la sacudida de la guerra civil española para escribir con libertad, para encontrar su propia voz poética

"Mujer con alcuza " es un poema de gran fuerza. La alcuza, ( Vasija de barro, de hojalata o de otros materiales, generalmente de forma cónica, en que se guarda el aceite para diversos usos), podría considerarse como el emblema de la humanidad que representa las necesidades de la vida (alimento...). Expresa también la imagen simbólica de la sabiduría, como se nos dice en el poema :

" En la mano, como atributo de una semidiosa su alcuza" (V. 142)

El poema se abre y se cierra con un signo de interrogación, simbolo también de la vida humana . La parte centrral lo constituye la alegoría de la vida como viaje en tren.Aparecen tres planos claramente destacados:

-El real ( el caminar cansado por la ciudad)

-El simbólico (el paso por un cementerio )

-El alegórico ( el viaje en tren)

En los versos 133-147 aparece un resumen temático en el que se integran los tres planos del poema (real, simbólico, alegórico).La unidad del poema se consigue por la relación que se establece entre los distintos planos . Se interrelacionan. Así, las estaciones del tren se convertirán en tumbas y se fusionan en los versos 131 y 147, en la última parte del poema.

Algunos autores, como Miguel J. Flys, han señalado la temática existencial que encierran los versos de este poema . De esta forma tendríamos:

-El miedo a la muerte (Verso. 13-17)

-La naúsea existencial ( V. 40-42)

-La injusticia absoluta (V.60-61)

-El deseo de la muerte (V. 89-90)

-La soledad (V. 105-1030)

-La negación de Dios (V. 128-130)

-Lo absurdo de la vida (V. 131-134)

Los versos 163-168 serían una conclusión. Contienen la única concepción de una posible justificación de la existencia humana: su productividad creadora. Nos ha interesado reproducir el poema completo, aunque largo (168 versos) en la primera parte de este paseo porque nos aporta una visión global del mismo. Era necesario,a nuestro parecer, para comprender el sentido final de esta parábola de la vida humana, de la hondura del grito del poeta , de la queja contra la crueldad, la injusticia y la ternura que le despiertan los seres que le rodean. Todo ello haciendo gala de una gran carga lírica, de una gran maestría. Un poema clave en la lírica contemporánea.


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Trigésimo noveno paseo (I ): " Mujer con alcuza" de Dámaso Alonso; en Hijos de la ira (1944) ; Madrid: Espasa Calpe, 2003

ARANSAY , Óleo/Lienzo 92x72

"Mujer con alcuza" (1968)



MUJER CON ALCUZA

A Leopoldo Panero

¿Adónde va esa mujer,
arrastrándose por la acera,
ahora que ya es casi de noche,
con la alcuza en la mano?

Acercaos: no nos ve.
Yo no sé qué es más gris,
si el acero frío de sus ojos,
si el gris desvaído de ese chal
con el que se envuelve el cuello y la cabeza,
o si el paisaje desolado de su alma.

Va despacio, arrastrando los pies,
desgastando suela, desgastando losa,
pero llevada
por un terror
oscuro,
por una voluntad
de esquivar algo horrible.

Sí, estamos equivocados.
Esta mujer no avanza por la acera
de esta ciudad,
esta mujer va por un campo yerto,
entre zanjas abiertas, zanjas antiguas, zanjas recientes,
y tristes caballones,
de humana dimensión, de tierra removida,
de tierra
que ya no cabe en el hoyo de donde se sacó,
entre abismales pozos sombríos,
y turbias simas súbitas,
llenas de barro y agua fangosa y sudarios harapientos del color de la desesperanza.

Oh sí, la conozco.
Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,
en un tren muy largo;
ha viajado durante muchos días
y durante muchas noches:
unas veces nevaba y hacía mucho frío,
otras veces lucía el sol y sacudía el viento
arbustos juveniles
en los campos en donde incesantemente estallan extrañas flores encendidas.

Y ella ha viajado y ha viajado,
mareada por el ruido de la conversación,
por el traqueteo de las ruedas
y por el humo, por el olor a nicotina rancia.
¡Oh! :
noches y días,
días y noches,
noches y días,
días y noches,
y muchos, muchos días,
y muchas, muchas noches.

Pero el horrible tren ha ido parando
en tantas estaciones diferentes,
que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban,
ni los sitios,
ni las épocas.

Ella
recuerda sólo
que en todas hacía frío,
que en todas estaba oscuro,
y que al partir, al arrancar el tren
ha comprendido siempre
cuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,
ha sentido siempre
una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla,
como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,
como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo,
como si le arrancaran los días azules, el gozo de amar a Dios y esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.
Pero las lúgubres estaciones se alejaban,
y ella se asomaba frenética a las ventanillas,
gritando y retorciéndose,
solo
para ver alejarse en la infinita llanura
eso, una solitaria estación,
un lugar
señalado en las tres dimensiones del gran espacio cósmico
por una cruz
bajo las estrellas.

Y por fin se ha dormido,
sí, ha dormitado en la sombra,
arrullada por un fondo de lejanas conversaciones,
por gritos ahogados y empañadas risas,
como de gentes que hablaran a través de mantas bien espesas,
sólo rasgadas de improviso
por lloros de niños que se despiertan mojados a la media noche,
o por cortantes chillidos de mozas a las que en los túneles les pellizcan las nalgas,
...aún mareada por el humo del tabaco.

Y ha viajado noches y días,
sí, muchos días,
y muchas noches.
Siempre parando en estaciones diferentes,
siempre con una ansia turbia, de bajar ella también, de quedarse ella también,
ay,
para siempre partir de nuevo con el alma desgarrada,
para siempre dormitar de nuevo en trayectos inacabables.

...No ha sabido cómo.
Su sueño era cada vez más profundo,
iban cesando,
casi habían cesado por fin los ruidos a su alrededor:
sólo alguna vez una risa como un puñal que brilla un instante en las sombras,
algún cuchillo como un limón agrio que pone amarilla un momento la noche.
Y luego nada.
Solo la velocidad,
solo el traqueteo de maderas y hierro
del tren,
solo el ruido del tren.

Y esta mujer se ha despertado en la noche,
y estaba sola,
y ha mirado a su alrededor,
y estaba sola,
y ha comenzado a correr por los pasillos del tren,
de un vagón a otro,
y estaba sola,
y ha buscado al revisor, a los mozos del tren,
a algún empleado,
a algún mendigo que viajara oculto bajo un asiento,
y estaba sola,
y ha gritado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado
quién conducía,
quién movía aquel horrible tren.
Y no le ha contestado nadie,
porque estaba sola,
porque estaba sola.
Y ha seguido días y días,
loca, frenética,
en el enorme tren vacío,
donde no va nadie,
que no conduce nadie.

...Y esa es la terrible,
la estúpida fuerza sin pupilas,
que aún hace que esa mujer
avance y avance por la acera,
desgastando la suela de sus viejos zapatones,
desgastando las losas,
entre zanjas abiertas a un lado y otro,
entre caballones de tierra,
de dos metros de longitud,
con ese tamaño preciso
de nuestra ternura de cuerpos humanos.
Ah, por eso esa mujer avanza (en la mano, como el atributo de una semidiosa, su alcuza),
abriendo con amor el aire, abriéndolo con delicadeza exquisita,
como si caminara surcando un trigal en granazón,
sí, como si fuera surcando un mar de cruces, o un bosque de cruces, o una nebulosa de cruces,
de cercanas cruces,
de cruces lejanas.

Ella,
en este crepúsculo que cada vez se ensombrece más,
se inclina,
va curvada como un signo de interrogación,
con la espina dorsal arqueada
sobre el suelo.
¿Es que se asoma por el marco de su propio cuerpo de madera,
como si se asomara por la ventanilla
de un tren,
al ver alejarse la estación anónima
en que se debía haber quedado?
¿Es que le pesan, es que le cuelgan del cerebro
sus recuerdos de tierra en putrefacción,
y se le tensan tirantes cables invisibles
desde sus tumbas diseminadas?
¿O es que como esos almendros
que en el verano estuvieron cargados de demasiada fruta,
conserva aún en el invierno el tierno vicio,
guarda aún el dulce álabe
de la cargazón y de la compañía,
en sus tristes ramas desnudas, donde ya ni se posan los pájaros?

(Dámaso Alonso)


domingo, marzo 05, 2006

Trigésimo octavo paseo: Carta al padre de Franz Kafka; en Obras selectas; Madrid: Edimat, 2000



La obra de Franz Kafka es una de las más interesantes y estuvo a punto de perderse. Es uno de esos ejemplos en los que su autor se preocupaba más del hecho de escribir que de publicar. Kafka se preocupó muy poco por la difusión de sus obras. Le apasionaba mucho más el acto de escribir. Para él era una especie de autoalumbramiento, no siendo el resultado, la gloria literaria, lo más importante. Frente al texto terminado, Kafka acostumbraba a tener dudas, le entraban inseguridades y ganas de romper. Fue Max Brod, el amigo escritor y su biógrafo, quien le enseñó a volorar sus obras y quien le ayudó a publicar lo que él se empeñaba en guardar en un cajón. Fue el salvador de su obra porque poco antes de morir Kafka le había dejado el encargo de destruir todas sus novelas, cuentos y diarios, y Brod no lo hizo. La mayor parte de la obra de kafka se publicó póstumamente, a excepción de algunas novelas, como La metamorfosis (1915), por ejemplo, que publicó Kafka en vida.
Ha habido coincidencia en la crítica al señalar a kafka como un hombre de notables características psicológicas, de hipersensibilidad afectiva, lo que influiría de manera clara en sus obras. Parece claro el desarraigo del autor desde casi todos los puntos de vista. Nace en una casa situada en el límite del Josefstadt, el antiguo y doliente ghetto judío de Praga. Kafka escribió en alemán, pero nunca pudo identificarse con la cultura germana, era judío, aunque su interés por el judaísmo surgió más tarde.
Hay muchos cambios de domicilio en su infancia y diversos hechos traumáticos como la muerte de dos de sus hermanos. Desde muy pequeño tuvo que enfrentarse a la autoridad caprichosa y absolutista de su padre. Su padre era un hombre desprovisto de sentido pedagógico. Se va a establecer una relación muy tensa entre kafka y su padre. Esto va a provocar una gran angustia y una gran inseguridad ante el mundo. Un auténtico terror que se manifesta en un extrañamiento ante el mundo, traducido en su obra en un mundo onírico, de extrañas pesadillas. Aparece en su obra la angustiosa relación con su padre. En Carta al padre hay un rechazo manifiesto hacia la figura paterna que tanto daño parece haberle causado porque es una figura muy importante para él. Es una carta que escribe a su padre, pero que en realidad no iba a ser mandada nunca a su destinatario. Hecho que ha llevado a pensar a algunos estudiosos que el autoritarismo del padre de kafka sería una ficción, ya que en la información aparecida en el diario espanol La Vanguardia se dice que el documento en cuestión -inédito hasta que se publicó en lengua checa- es un fragmento de las memorias de Frantisek Xaver Basik, un checo sin relación alguna con el mundo literario que entre 1892 y 1895 trabajó como aprendiz con el padre de Franz Kafka, por entonces un próspero comerciante, y que sería un hombre afable y amable. La mirada de Basik cuestiona directamente la interpretación literal del texto de Kafka y aporta a los estudiosos y seguidores del escritor un documento significativo para entender la carta más como un artificio literario que como una historia real. Sea así o no, parece claro que en la obra de Kafka pesa esta realidad y hasta el momento es lo que se ha considerado. Toda la obra está impregnada de sentimientos de inferioridad, de sinceridad, de desilusión, temor, vergüenza, indecisión, incomprensión, culpabilidad, infelicidad, prohibición, inseguridad, angustia, conflicto, soledad, frustración...


Cuenta Kafka que solía decirle su padre:

" Te destrozaré como a un pez "

Es una confesión muy sincera a través de la cual podemos entender la influencia negativa que le provoca su padre. Y aunque las obras de Kafka estén llenas de la impresionante mezcla entre fantasía y realidad, de ironía y lucidez, también es cierto que en sus obras destaca el aspecto claustrofóbico, con la terrible impresión de que no hay salida, de que no cabe ni buscarla. Acaso cuando leemos La metamorfosis ¿no cabe pensar que es el mismo Kafka quien se siente transformado en un insecto ante los ojos de su padre? A nosotros así nos lo parece y añadiríamos que gran parte de la pasión amorosa que vivió Kafka tendría también como punto de arranque la necesidad de liberarse de esa insoportable realidad interior que había crecido dentro de él. Así sus grandes amores, con iniciales intenciones de matrimonio que no llevaron a realizarse, como Felice Bauer, Grete Bloch, Julie Wohryzek, Milena Jesenská... son intentos de liberarse de la profunda herida que sufre su alma.
La obra de Kafka, Carta al padre, no está aislada, sino que parece participar de otras como La metamorfosis, La condena, etc, donde Kafka nos transmite el sentimiento de sentirse acosado por su estado enfermizo (como el propio autor lo estaba por la tuberculosis) , la incapacidad de contarle a los otros lo que le pasa, de ahí que decida recluirse sin resolver, sin enfrentar la situación porque, como se da a entender en La metamorfosis, cerrar la puerta ...es volver a la tranquilidad.
Sería interminable este paseo si nos dejáramos llevar por la cantidad de notas que podríamos aportar sobre Kafka. Sólo leamos sus obras y entremos en ese mundo extraño tan personal como impactante, no hay mayor ni mejor interpretación.



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